
Ruta que le resta tiempo al encierro
lunes, 19 de enero de 2009
Por: Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora
La posibilidad de que se retome el viejo sistema de bonificaciones para que los convictos puedan salir a la libre comunidad en menos tiempo mantiene a algunas personas presas, pero de la duda.
Otras, sin embargo, respaldan que los reos reciban, de entrada, un incentivo para trabajar por su rehabilitación.
La criminóloga Dora Nevares, quien tuvo a su cargo la dirección de la reforma del Código Penal que culminó en el nuevo estatuto que entró en vigor en mayo de 2005, advirtió que hay que “tener mucho cuidado” con reiniciar las bonificaciones.
“Hay espacio para hacer algo razonable que no disminuya tanto (el tiempo de la sentencia), pero no lo puedes poner como estaba antes”, opinó la profesora de Derecho, quien aclaró que la bonificación debe ser vista como un principio de rehabilitación, pero no automática.
Antes del nuevo código, el año de sentencia de un confinado fluctuaba entre 204 días -sin hacer nada para merecer una reducción de la pena-, 108 días si trabajaba o estudiaba y 72 días si participaba en labores agropecuarias.
“La bonificación no puede tener el efecto de burlar el sistema de sentencias como lo logró bajo el código del '74”, señaló.
Las bonificaciones podían tener el efecto de que un confinado que cumplía por asesinato saliera, por ejemplo, en cinco años.
Bajo el código actual se bonifica un día por mes por razones de estudio y trabajo y algunos servicios meritorios.
“Las bonificaciones podrían aumentarse, pero no que sea una cosa irrazonable. Se puede subir a dos o tres días por mes para que sume un mes al año, pero más de un mes ya es demasiado”, expuso la abogada. “Y que no sea automático”, añadió.
Bonificaciones y rehabilitación
Para el asesor legal del Comité de Amigos y Familiares de Confinados, Damián Planas Merced, el cambio en el Código Penal no responde a un principio rehabilitador, por lo que respalda el regreso a un sistema de bonificaciones.
“El cambio a sentencias naturales responde a un principio de pena, de aumentar la severidad, no a rehabilitar confinados”, declaró Planas Merced. “Dime si desde que se implantó el código nuevo ha disminuido la criminalidad en Puerto Rico”, cuestionó el abogado.
Como ejemplo del atractivo que puede tener para un confinado la bonificación inmediata y automática, Planas Merced mencionó que un muchacho joven que caiga preso y decida buscar terapia y, “a la soltá” le reducen los años, lo interpreta como un buen comienzo.
“Él puede planificar porque empezó con algo positivo. Es más beneficioso porque te da un incentivo al entrar a la cárcel. Te da esperanza total”, planteó el asesor legal.
Sobre la eventualidad de que las bonificaciones dejan libres a confinados con altas probabilidades de reincidir en la delincuencia, el abogado manifestó que el mismo sistema “se encarga de mantener al verdadero criminal adentro por el mayor tiempo posible”.
“(El que busca la rehabilitación) ése no es el que fue y mató. El matón va a matar dentro de las cárceles también y la sentencia de 20 años se convierte en 300, pero el arrepentido necesita incentivo positivo al principio para poder capitalizarlo”, dijo Planas Merced.
La profesora de Derecho aludió, por su parte, a que fue precisamente la liberación temprana de los reclusos lo que provocó la revisión del sistema de bonificaciones.
“Había una inconformidad porque los jueces sentenciaban a los confinados a cierto número de años, le imponían 30 de reclusión y a los cinco o seis años ya estaban en la calle”, observó.
Según Nevares, con el modelo del 74 se legislaron unas penas altas y con el transcurso de los años se empezaron a subir arbitrariamente y, en algunos casos, llegaron a ser desproporcionadas a la severidad de la conducta.
“Ahí es que entraron las bonificaciones”, añadió.
Lorenzo Villalba, ex presidente de la Junta de Libertad Bajo Palabra y ex administrador de Corrección, reconoció que el sistema anterior de bonificación tenía muchas fallas, pero admitió que eliminarlo le quita al confinado cualquier estímulo de modificar su comportamiento para reducir la sentencia.
Entre las faltas del viejo sistema, Villalba mencionó la de adjudicar la bonificación al momento de empezar a cumplir la pena.
“Aunque te portaras mal tenías esa bonificación”, señaló el también ex director de la Comisión de Derechos Civiles.
Pero, aclaró, habría que ver “si se va a revisar otra vez el Código Penal para establecer un nuevo régimen de bonificación”.
“Para que la Legislatura actúe, debe haber un análisis detallado y concienzudo sobre lo que se está visualizando. Si es favorable para la rehabilitación, bienvenido sea”, expresó Villalba.
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