Por: Carlos Molina Rodríguez
Designado Secretario Departamento de Corrección y Rehabilitación
Columna de opinión publicada en El Nuevo Día
Desde que soy Secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DRC) he visitado las instituciones sin previo aviso para conocer las necesidades y sugerencias del personal de custodia, supervisores y confinados.
Me he reunido, en primer lugar, con los oficiales, civiles y sus superiores para ver cómo estableceremos una agenda de trabajo atemperada a sus necesidades. En 12 días, desde iniciada nuestra gestión, hemos logrado reunirnos con sobre 3,000 empleados. Nuestros diálogos han sido fructíferos. El personal está dispuesto a dar el máximo y nosotros estamos en facilitarles las herramientas para que desempeñen un trabajo de calidad.
He sido claro en que mi prioridad es: escuchar, rehabilitar al confinado y profesionalizar al personal. Es preciso trabajar en equipo para lograr la reintegración del confinado a la sociedad como personas de provecho y cumplidores de la Ley.
Tenemos que humanizar el sistema para así lograrlo. Esto no quiere decir que vamos a negociar con las organizaciones de confinados. Sí dialogaremos con ellos, salvaguardando la seguridad del personal y los reglamentos, para identificar alternativas que contribuyan a su rehabilitación y retribución a la sociedad a la que han faltado.
Concurro en que para alcanzar esta meta es de rigor la interacción de todos en el DCR. Tienen mi palabra de que así será.
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